Si alguna vez has visto una ceremonia del té japonesa, una práctica de artes marciales como el kendo o judo, o incluso un evento formal tradicional, probablemente te hayas preguntado: ¿por qué los japoneses se sientan de rodillas? Esta particular forma de sentarse, conocida como “seiza” (正座), es una postura profundamente arraigada en la historia, etiqueta y espiritualidad de Japón.
Aunque puede parecer incómoda o incluso dolorosa para quienes no están acostumbrados, el seiza no solo representa una forma de sentarse, sino también una manifestación de respeto, humildad y disciplina.
En este artículo, exploraremos las razones históricas, culturales y sociales detrás de esta tradición, cómo se practica en la actualidad, y qué simboliza realmente en el contexto japonés moderno. Si te interesa la cultura japonesa o estás aprendiendo sobre etiqueta oriental, esta lectura te dará una perspectiva completa y valiosa.
¿Qué es el seiza?
Seiza (正座) se traduce literalmente como “sentarse correctamente” o “sentarse con corrección”. La postura consiste en arrodillarse sobre el suelo, con los pies doblados hacia atrás, los empeines apoyados en el suelo, y las nalgas descansando sobre los talones. Las manos se colocan cuidadosamente sobre los muslos, y la espalda se mantiene recta.
Aunque puede parecer sencillo, mantenerse en posición de seiza durante períodos prolongados requiere práctica y fortaleza física. En la cultura japonesa, dominar esta postura es símbolo de autocontrol, respeto y cortesía.
Origen histórico del seiza
El seiza tiene raíces en los periodos Muromachi (1336-1573) y Edo (1603-1868), épocas en las que la etiqueta y la jerarquía social eran fundamentales. Durante el periodo Edo, el bushidō (el código de los samuráis) promovía el autodominio y la formalidad en cada aspecto de la vida, incluyendo la manera de sentarse.
Los samuráis practicaban seiza como parte de su entrenamiento. La postura permitía estar en estado de alerta incluso mientras descansaban, ya que desde el seiza es posible levantarse rápidamente en caso de peligro. Además, sentarse de esta manera ante un superior mostraba respeto y obediencia.
Más tarde, esta costumbre se extendió a la nobleza y, eventualmente, a toda la sociedad japonesa como un estándar de comportamiento refinado.
Significado cultural y espiritual
El seiza no es solo una forma de sentarse, sino también un acto simbólico cargado de significados profundos:
1. Respeto
En contextos formales como ceremonias del té, funerales, bodas, reuniones familiares importantes, o al visitar un templo, se espera que las personas se sienten en seiza. Esto demuestra reverencia hacia el lugar, la ocasión y las personas presentes.
2. Humildad
La postura de seiza implica bajar la cabeza ligeramente y mantener una actitud serena. En Japón, donde la humildad es una virtud esencial, esta posición refleja el reconocimiento de la jerarquía y del momento presente.
3. Meditación y concentración
En disciplinas como el zen o la práctica del zazen (meditación sentada), el seiza facilita la concentración y la respiración profunda. Aunque también se practica el “agura” (sentado con las piernas cruzadas), el seiza ofrece una alineación más recta de la columna y simboliza la estabilidad mental.
4. Etiqueta y educación
En el sistema educativo japonés, los niños aprenden desde pequeños a sentarse en seiza durante eventos escolares, saludos formales y clases especiales como shodō (caligrafía) o ikebana (arreglo floral). Esto refuerza la disciplina, el orden y el respeto por las tradiciones.
El seiza en la vida moderna japonesa
Aunque la sociedad japonesa ha evolucionado con rapidez y adopta muchos elementos del estilo de vida occidental (como sillas y mesas), el seiza sigue teniendo un lugar importante:
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En el hogar tradicional japonés, donde se usan tatamis, el seiza aún se practica en cenas familiares formales o cuando se recibe una visita importante.
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En las artes marciales japonesas (como kendo, aikido, judo o iaido), el seiza es parte fundamental de la ceremonia y la práctica.
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Durante la ceremonia del té (茶道, sadō), los invitados se sientan en seiza mientras participan del ritual.
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En el teatro tradicional japonés como el nō o kabuki, los actores y músicos también adoptan esta postura como parte de su arte.
¿Es incómodo sentarse en seiza?
Sí, especialmente para quienes no han crecido con esta práctica. El seiza puede causar entumecimiento, dolor en las rodillas o pérdida temporal de circulación si se mantiene durante mucho tiempo. Incluso los japoneses lo encuentran difícil a veces, y muchas personas mayores evitan la postura por razones de salud.
Por eso, en muchas situaciones modernas, se permite adoptar una postura más cómoda después de unos minutos. También existen cojines especiales llamados zabuton para hacer el seiza más soportable.
Alternativas al seiza en Japón
Aunque el seiza se considera la forma más respetuosa de sentarse, existen otras formas aceptables dependiendo del contexto:
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Agura (あぐら): Sentarse con las piernas cruzadas, común entre los hombres.
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Yoko-zuwari (横座り): Sentarse con las piernas hacia un lado, más común entre mujeres con kimono.
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Seiza con apoyo: Algunas personas usan bancos bajos o cojines con soporte para reducir la presión en las rodillas.
El seiza y su percepción en Occidente
Muchos occidentales que estudian cultura japonesa o practican artes tradicionales experimentan el seiza por primera vez con cierta dificultad. Sin embargo, quienes perseveran descubren que más allá del dolor físico, hay una lección profunda: la paciencia, la humildad y el control del cuerpo y la mente.
En este sentido, el seiza ha ganado interés no solo como una costumbre curiosa, sino como una herramienta para el desarrollo personal y espiritual.
¿Debe un extranjero aprender a sentarse en seiza?
No es obligatorio, pero sí es muy valorado. Mostrar esfuerzo por adoptar esta costumbre se considera un signo de respeto hacia la cultura japonesa. En eventos formales, presentaciones culturales o visitas a templos, sentarse en seiza, incluso por unos minutos, causa una impresión positiva.
Además, aprender a sentarse en seiza puede ser una excelente puerta de entrada a la filosofía japonesa del wabi-sabi, del zen y de la conciencia plena (mindfulness).
Consejos para sentarse en seiza sin dolor
Si deseas practicar el seiza, aquí algunos consejos:
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Empieza con sesiones cortas: 1 a 2 minutos al día, aumentando gradualmente.
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Usa un cojín o zabuton: Reduce la presión en las rodillas y tobillos.
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Estira antes y después: Mejora la flexibilidad de piernas y caderas.
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Mantén la espalda recta y relaja los hombros: Ayuda a distribuir el peso.
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Si sientes hormigueo, cambia de postura despacio: Evita lesiones.
Conclusión
La práctica de sentarse de rodillas en Japón no es simplemente una cuestión de etiqueta: es un puente entre el cuerpo y la mente, entre el individuo y la sociedad, entre el presente y el pasado. El seiza representa mucho más que una postura: es una declaración silenciosa de respeto, disciplina y armonía con el entorno.
En un mundo acelerado y cambiante, quizá todos podamos aprender algo de esta antigua manera de sentarse. Ya sea para mejorar nuestra presencia, para profundizar en la meditación o para comprender mejor una de las culturas más ricas del mundo, el seiza nos invita a hacer una pausa, centrarnos y honrar el momento presente.