El comentario en X que desató la polémica
El presidente Gustavo Petro, siempre activo en la red social X (anteriormente Twitter), volvió a encender el debate político nacional con una frase cargada de indignación y verdad:
“El Ministerio de la Igualdad fue tumbado por los mismos que han hecho de la desigualdad una política de Estado: la Corte Constitucional y sus peones de la ultraderecha.”
Este comentario, directo y sin filtros, puso en evidencia lo que muchos sectores populares ya sospechaban: que el desmantelamiento del Ministerio de la Igualdad no fue un accidente administrativo, sino una operación calculada por las élites para mantener sus privilegios.
¿Por qué nació el Ministerio de la Igualdad?
Una deuda histórica con los excluidos
La creación del Ministerio de la Igualdad no fue un simple capricho del gobierno del Pacto Histórico. Fue, en realidad, una respuesta a las profundas desigualdades sociales, económicas y raciales que han azotado a Colombia durante siglos. El objetivo era claro: reducir la brecha entre ricos y pobres, entre blancos y comunidades étnicas, entre el centro del país y sus periferias olvidadas.
Un ministerio para los invisibles
Encabezado por la vicepresidenta Francia Márquez, el ministerio prometía políticas afirmativas, acceso equitativo a la educación, salud, empleo digno para mujeres y jóvenes afrodescendientes, indígenas, campesinos, LGTBIQ+ y más. Era, en esencia, el primer intento institucional serio por atender a los olvidados.
Francia Márquez: ¿víctima o responsable?
Una figura con simbolismo, pero sin experiencia administrativa
Francia Márquez, con una historia de lucha ambiental y social admirable, fue designada para liderar esta transformación. Sin embargo, ser símbolo no basta en la gestión pública. Su falta de experiencia en manejo institucional, su alejamiento de técnicos especializados y su incapacidad para articular equipos sólidos, fueron fallas estructurales que debilitaron desde el inicio el ministerio.
El peso de lo simbólico no alcanzó
Francia fue víctima de ataques clasistas y racistas desde el primer día, es cierto. Pero también cometió errores graves: centralización excesiva, mala ejecución presupuestal, lentitud en los planes territoriales y nula comunicación con el Congreso. Estas fallas facilitaron que sus opositores tuvieran argumentos para deslegitimar su gestión.
El uso político de la Corte Constitucional: el peón de la derecha
Una Corte cooptada por intereses conservadores
La decisión de tumbar el Ministerio de la Igualdad por parte de la Corte Constitucional se basó, según su fallo, en supuestas “irregularidades presupuestales y técnicas en su creación”. No obstante, lo que está detrás es un movimiento político más grande: la ultraderecha, debilitada electoralmente, usa las cortes como herramientas para obstaculizar cualquier avance progresista.
El modus operandi de Uribe y sus alfiles
Desde el uribismo y sus aliados, la estrategia ha sido clara: cuando pierden en las urnas, ganan en los tribunales. Utilizan la burocracia judicial como campo de batalla ideológica. Así han saboteado reformas laborales, educativas y, ahora, el Ministerio de la Igualdad. La Corte, que debería ser independiente, se ha convertido en un arma silenciosa de la reacción.
¿Qué pierde Colombia con la caída del Ministerio de la Igualdad?
Una agenda de equidad truncada
El país pierde una hoja de ruta institucional para transformar realidades de millones de personas. Se estanca el acceso a vivienda digna para mujeres rurales, se detienen los programas de educación para comunidades indígenas, se diluye la esperanza de juventudes afro que encontraban en este ministerio una voz.
Pierde la democracia
La democracia no solo consiste en votar. También significa construir instituciones que representen a todos. Al desmantelar el Ministerio de la Igualdad, no solo se ataca a Petro, se agrede al mismo concepto de pluralismo y participación social. Es una victoria del miedo sobre la esperanza.
La estrategia de la ultraderecha: sabotear para luego señalar
Crear el caos y culpar al gobierno
No es coincidencia que los medios hegemónicos de derecha hayan amplificado cada error de Francia Márquez mientras silenciaban los logros. La estrategia es vieja: asfixiar con trabas institucionales, luego decir que no funcionó y, finalmente, usar eso como prueba de que el Estado no puede garantizar derechos sociales.

Un laboratorio de mentiras y manipulación
Columnistas, opinadores y canales de televisión financiados por grandes grupos económicos no tardaron en repetir el mismo guion: “el Ministerio de la Igualdad no sirve”, “Francia no sabe gobernar”, “Petro improvisa”. Así manipulan la opinión pública, justifican las decisiones de las cortes y empujan al país hacia una regresión conservadora.
El mensaje de Petro y su significado político
Petro no se calla
El presidente, lejos de bajar la cabeza, respondió con contundencia. Su mensaje en X no fue solo una denuncia: fue un llamado a las bases sociales para no ceder ante la mentira. Petro sabe que su mandato enfrenta una guerra sin cuartel desde las élites que ven amenazados sus privilegios.
¿Qué sigue ahora?
Petro anunció que buscará revivir el Ministerio por vía legislativa o mediante otro mecanismo jurídico. Pero también advirtió que la batalla será dura. Para lograrlo, necesitará el apoyo de la ciudadanía, la movilización social y la presión popular. El futuro del país está en juego.
la igualdad no se negocia
Desde este espacio periodístico, llamamos a nuestros lectores a no quedarse en la indignación pasiva. La caída del Ministerio de la Igualdad no es un hecho aislado. Es una señal de alerta sobre cómo la ultraderecha se rearma y sabotea el progreso. Si permitimos que esta narrativa gane, perderemos décadas de lucha social.
Comenta abajo tu opinión. Comparte este artículo en tus redes sociales. Hagamos que el país despierte. La igualdad no se negocia.
¿Podrá la igualdad renacer de sus cenizas?
La historia del Ministerio de la Igualdad en Colombia es un espejo del conflicto profundo entre dos modelos de país: uno que quiere conservar los privilegios de unos pocos, y otro que sueña con justicia social para todos. Aunque su caída fue dolorosa, también nos deja lecciones. La lucha por la igualdad continúa, pero solo será posible si los ciudadanos se levantan, exigen y construyen.