Opinion

Las malas amigas: cuando la amistad se convierte en una trampa emocional para las mujeres

Fecha de publicación - mayo 20, 2025

Escrito por El Gurre Cibernetico

¿Amigas?

En una sociedad donde las mujeres luchan por igualdad, respeto y empoderamiento, existen dinámicas sociales que, lejos de construir, destruyen desde adentro. Una de ellas —y quizás una de las más invisibles— es la influencia negativa de ciertas “amigas” que no aportan a tu crecimiento, sino que te arrastran a decisiones autodestructivas, disfrazadas de libertad y diversión.

Salir, compartir con amigas, reír y desconectarse del estrés cotidiano es sano. Pero cuando esas salidas se convierten en excusas para beber sin control, abandonar a la pareja, o adoptar comportamientos que generan una mala imagen social, estamos hablando de un problema grave. Este artículo explora cómo algunas amistades femeninas pueden conducir a decisiones erradas, romper relaciones amorosas, y manchar la dignidad de una mujer que podría tenerlo todo, pero lo pierde por seguir consejos llenos de envidia y vacío emocional.

1. La falsa libertad disfrazada de empoderamiento

En la actualidad, se ha vendido la idea de que emborracharse, salir cada fin de semana, y publicar fotos sensuales en redes sociales son expresiones de empoderamiento femenino. Pero, ¿realmente lo son?

No. El verdadero empoderamiento no es despojarse de la dignidad, ni destruir relaciones amorosas que funcionan, ni permitir que las decisiones importantes de vida se tomen entre tragos y “consejitos” de amigas despechadas. Muchas mujeres están cayendo en la trampa de pensar que salir a beber es sinónimo de libertad, cuando en realidad están alimentando una imagen que la sociedad interpreta como promiscua, inmadura y carente de valores.

2. La mala influencia de algunas amigas

No todas las amigas son buenas. Algunas, motivadas por la envidia o la infelicidad personal, buscan arrastrar a otras a su mismo nivel de caos. Identifica estas señales:

  • Te incitan a que ocultes cosas a tu pareja.

  • Critican tu relación constantemente, incluso sin conocer a fondo a tu pareja.

  • Te convencen de que “no pasa nada” si engañas, flirteas o abandonas tu hogar.

  • Te impulsan a beber más de la cuenta, a vestirte provocativamente o a comportarte de forma que sabes que no te representa.

Estas mujeres no buscan tu bienestar, sino tu hundimiento. Y lo hacen disfrazándolo de fiesta, “independencia” y “sororidad”.

3. Abandonar una relación sana por “vivir la vida”

Una de las consecuencias más graves de dejarse llevar por este tipo de amistades es perder a una pareja estable y amorosa. Muchas mujeres han roto relaciones de años por una noche de copas, una aventura sin sentido o por creer que su pareja “les corta la libertad”.

Lo que no se dan cuenta en ese momento, es que no se trataba de una relación tóxica, sino de un compromiso que requería responsabilidad y madurez. Las malas amigas no soportan ver que tú tienes una pareja estable, una vida organizada y sueños en común con alguien, porque ellas no lo tienen. Así que te empujan a su abismo emocional, con frases como:

  • “No le debes nada a nadie.”

  • “¡Eres joven, disfruta!”

  • “Tu novio no te deja vivir, sal con nosotras.”

Y lo peor es que muchas veces esas frases vienen de mujeres que viven solas, llenas de frustración y sin estabilidad emocional.

4. La degradación de la imagen femenina

Salir a beber con frecuencia, emborracharse en público, exponerse en redes sociales en estados lamentables, no solo afecta la percepción social, sino también tu autoestima. Aunque el discurso moderno dice que “no importa lo que digan los demás”, la realidad es que tu imagen sí importa, sobre todo si aspiras a construir una vida digna, una carrera profesional y una relación sólida.

La sociedad puede perdonar errores, pero no olvida fácilmente imágenes de mujeres caídas en la calle, vídeos de peleas entre amigas en discotecas o publicaciones que exhiben más de lo necesario. La mujer fácil, la que “anda en todo”, no recibe respeto, ni en el trabajo, ni en el amor.

5. La envidia como raíz del mal consejo

Las malas amigas rara vez se alegran por tu felicidad. Si tienes un novio que te ama, una familia que te apoya o metas claras, te verán como una amenaza. ¿Y cómo intentan destruirte? Sembrando dudas. Mostrándote una “vida mejor” que en realidad es puro maquillaje emocional. Te dirán:

  • “Tu vida está muy aburrida, ven a vivir como yo.”

  • “Tú deberías estar soltera, libre, viajando.”

  • “No seas tonta, tu novio seguro también lo hace.”

Pero lo que realmente sienten es rabia de ver que tú sí logras lo que ellas nunca han podido mantener.

6. La falta de límites y autocontrol

Otro factor que alimenta la degradación femenina bajo la influencia de malas amigas es la pérdida de límites. Comienza con una salida ocasional y termina en una rutina de viernes a domingo entre discotecas, tragos, y conversaciones vacías. Tu salud se ve afectada, tu economía se desbalancea, tu relación de pareja se fractura, y tu proyecto de vida se detiene.

El control no lo tienen ellas: lo tienes tú. Pero si cedes, si sigues la corriente para “no quedar mal” o porque “qué más da”, terminas convirtiéndote en una sombra de la mujer que podrías ser.

7. El arrepentimiento que llega tarde

Muchas mujeres que han seguido estos caminos terminan años después deseando no haber escuchado a esas amigas. Lamentan haber perdido buenos hombres, oportunidades de formar familia, de avanzar en sus estudios o carrera, solo por seguir una vida artificial que no les dejó nada más que recuerdos borrosos, malas reputaciones y una soledad desgarradora.

Esas amigas ya no están. Algunas siguen en el mismo círculo vicioso, otras simplemente se alejaron. ¿Y tú? Tú quedas sola, intentando reconstruir lo que tiraste por una noche de fiesta.

8. Recuperar la dignidad y tomar decisiones firmes

No todo está perdido. Toda mujer tiene el poder de renacer, de reconstruirse y de decir: “Esto no me representa, yo merezco más.”

Tomar distancia de las amistades tóxicas no te hace mala persona, te hace inteligente. Aprender a decir “no” es un acto de amor propio. Priorizar tu relación, tu salud, tu futuro, es señal de madurez.

Una verdadera amiga:

  • Celebra tus éxitos.

  • Te aconseja con sensatez, no con despecho.

  • Respeta tu relación.

  • Te cuida, no te expone.

Las mujeres no necesitan enemigas cuando tienen amigas que las destruyen desde adentro. Si te sientes identificada con lo que has leído, es momento de evaluar tus amistades, tu estilo de vida y tus decisiones. No caigas en la trampa de creer que emborracharte, flirtear y abandonar lo que amas es libertad. La verdadera libertad está en elegir lo que te hace bien, aunque implique alejarte de quienes no lo entienden.

Respetarte como mujer es el primer paso para que el mundo te respete. Y eso empieza por rodearte de personas que sumen, no que te resten.

Aleida Vargas Gómez Para El Gurre Cibernetico



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