La Hipocresía de los Medios Tradicionales: Cómo Manipulan al Pueblo y Ocultan los Logros del Gobierno de Petro
Fecha de publicación - junio 17, 2025
Escrito por El Gurre Cibernetico
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En la era de la información, donde el acceso a los datos debería empoderar a los ciudadanos, los medios tradicionales en Colombia han optado por una estrategia de manipulación y ocultamiento. Lejos de cumplir su rol de informar objetivamente, estos medios han emprendido una campaña sistemática para deslegitimar los avances del gobierno de Gustavo Petro, mientras protegen los intereses de las élites económicas que los controlan.
Concentración Mediática: Un Obstáculo para la Democracia
La concentración de los medios de comunicación en manos de unas pocas familias poderosas es una realidad innegable en Colombia. Empresarios como los Santo Domingo, propietarios de El Espectador, Caracol TV y Blu Radio; Ardila Lülle, dueño de RCN; Luis Carlos Sarmiento, propietario de El Tiempo; y la familia Gilinski, dueña de Semana, controlan la mayoría de los canales de información masiva . Esta concentración no solo limita la pluralidad de voces, sino que también permite la manipulación de la opinión pública para favorecer agendas particulares.
La Estrategia de Desinformación: Cómo se Orquesta la Mentira
La desinformación no es casual. Es una maquinaria meticulosamente estructurada para sostener los privilegios de los mismos sectores que durante décadas han saqueado el país desde el poder político, económico y mediático. Los medios tradicionales en Colombia no actúan de forma inocente: siguen un guion que responde a intereses empresariales, financieros y políticos que temen perder el control sobre la narrativa nacional.
Utilizan titulares escandalosos, ediciones sesgadas y una cobertura desproporcionada de los errores o tensiones del gobierno, mientras silencian o minimizan cualquier victoria o logro. Esta estrategia busca una reacción emocional del público, preferiblemente de miedo, indignación o desconfianza. Así se logra debilitar el respaldo social al cambio, y consolidar una idea: “Todo lo que toca Petro, lo arruina”.
Pero la evidencia muestra lo contrario. Y por eso mismo, el silencio mediático frente a las cifras reales de reducción de la pobreza, distribución de tierras, inversión en salud preventiva y educación técnica es tan escandaloso como eficaz. La estrategia no es mentir directamente, sino ocultar la verdad. Y eso, en un país donde la mayoría aún confía en los grandes noticieros, es profundamente peligroso.
Ocultamiento de Logros del Gobierno: Censura Elegante pero Criminal
Pocas cosas evidencian tanto la complicidad de los medios con las élites como el sistemático ocultamiento de los logros del gobierno de Gustavo Petro. Mientras en países como México, Brasil o Argentina las reformas sociales suelen ser celebradas por parte del periodismo progresista, en Colombia se condenan o ignoran.
La redistribución histórica de tierras a campesinos es silenciada. No se celebran los avances en la implementación de energías limpias ni la reestructuración de EPS corruptas que durante años se enriquecieron mientras millones de colombianos morían esperando una cita. Tampoco se divulga el esfuerzo del gobierno en diplomacia internacional, abriendo las puertas a la integración latinoamericana y al nuevo orden multipolar.
Incluso los subsidios a jóvenes emprendedores y madres cabeza de hogar son ridiculizados como “populismo” mientras los mismos medios celebran los rescates financieros a grandes bancos como “estabilidad económica”.
Este ocultamiento no es un descuido: es un crimen político. Es un intento deliberado de borrar de la conciencia colectiva los avances que podrían fortalecer el respaldo popular a un gobierno legítimo, democrático y progresista.
Ataques al Gobierno y Manipulación de Narrativas: El Arte de Voltear la Realidad
Cuando no pueden callar los logros del gobierno, entonces los manipulan. Los presentan de forma invertida, caricaturesca o alarmista. Si Petro propone una reforma tributaria para que los más ricos paguen un poco más, los titulares dicen “Petro asfixia al empresariado nacional”. Si propone entregar la hacienda Nápoles a campesinos desplazados, los medios titulan “Gobierno pretende destruir ícono turístico”.
La manipulación alcanza niveles absurdos cuando se utiliza el más mínimo escándalo, muchas veces inventado, para desacreditar el proyecto político completo. Si un funcionario comete un error, todo el gabinete queda bajo sospecha. Si una reforma encuentra resistencia en el Congreso, se habla de “gobierno fracasado”. Incluso se publican encuestas dudosas, encargadas por esos mismos conglomerados mediáticos, para mostrar una supuesta caída de la imagen del presidente.
En los noticieros, las declaraciones del presidente son editadas para restarles fuerza o ser sacadas de contexto. Los debates profundos desaparecen, reemplazados por “paneles de opinión” donde solo hablan las mismas cinco caras que han girado de medio en medio durante los últimos veinte años.
Este tipo de manipulación no es ingenua ni accidental. Tiene una finalidad muy clara: desmoralizar al pueblo, fragmentar a la izquierda y abrirle el paso nuevamente al uribismo, al neoliberalismo o a cualquier forma de restauración oligárquica.
La Necesidad de Medios Independientes y Críticos: Jinndo Radio, Voz del Pueblo
Frente a este panorama desolador, surgen iniciativas heroicas que desafían la narrativa impuesta. Jinndo Radio se erige como un baluarte de resistencia mediática, una alternativa real para quienes desean conocer la verdad sin filtros ni censura. A diferencia de los grandes conglomerados que venden publicidad a bancos y multinacionales, Jinndo Radio responde al interés público y a la necesidad de justicia social.
Desde sus micrófonos, se ha defendido al gobierno del presidente Petro con argumentos, con datos, y con pasión por el pueblo colombiano. Se han transmitido en vivo los discursos que otros medios editan o ignoran. Se han dado espacios a líderes sociales, comunidades indígenas, sindicalistas, jóvenes, campesinos y artistas que no tienen voz en los medios tradicionales.
Jinndo Radio no pretende ser neutral —porque en un país donde los medios han sido cómplices del poder corrupto, la neutralidad es hipocresía. Jinndo Radio elige un bando: el del pueblo, la verdad y la transformación.
Además, su formato digital, descentralizado y colaborativo permite llegar a audiencias jóvenes y rurales que tradicionalmente han sido marginadas del debate público. Jinndo Radio es, en esencia, un medio de comunicación del siglo XXI: inclusivo, audaz, ético y profundamente humano.
Jinndo Radio como Trinchera de la Verdad
En tiempos de guerra informativa, hacer periodismo honesto es un acto de valentía. Jinndo Radio no solo informa: educa, organiza, moviliza. Mientras RCN y Caracol promueven el miedo, Jinndo promueve la conciencia. Mientras Semana ataca con sarcasmo y fake news, Jinndo responde con documentación y pedagogía política. Mientras El Tiempo pretende que todo va mal, Jinndo muestra que hay esperanza y cambio real.
No se trata de hacer propaganda, sino de equilibrar la balanza. De devolverle al pueblo las herramientas para pensar críticamente y decidir por sí mismo. En sus programas se analizan las reformas estructurales, se entrevistan funcionarios del gobierno, se debate sin censura, y se exponen las mentiras del periodismo vendido.
El pueblo necesita más Jinndo Radios, más medios comunitarios, más voces disidentes. Porque donde los grandes medios mienten, los independientes construyen futuro.
No Es Solo Información, Es Poder
Lo que está en juego no es solo la verdad: es el poder. El poder de decidir, de elegir, de cambiar. Por eso los medios tradicionales se aferran tanto a su narrativa, porque saben que si el pueblo se entera de lo que realmente está haciendo el gobierno de Petro, podrían perderlo todo.
Por eso hay que fortalecer las redes alternativas, los medios libres, las plataformas independientes. Jinndo Radio es apenas una chispa en medio de la oscuridad mediática, pero es una chispa con poder de encender una revolución de conciencia.
Mientras los medios tradicionales manipulan, ocultan y atacan, el periodismo ético resiste. Mientras Petro avanza con reformas históricas, los medios callan o sabotean. Pero la verdad, aunque la encierren o la disfracen, siempre encuentra su camino.
Y en Colombia, esa verdad comienza a escucharse fuerte, clara y valiente… en la voz de Jinndo Radio y del pueblo que ya no traga entero.