Politica

Álvaro Uribe lanza acusaciones de dictadura contra el Gobierno Petro: ¿Realidad o estrategia política?

Fecha de publicación - agosto 9, 2025

Escrito por Jinndo Radio

 El regreso del discurso polarizante

Desde La meca De las Putas drogadictos narcos y sicarios Medellín En los últimos días, Colombia ha sido testigo de una nueva controversia política. El Criminal confeso Y probado  Álvaro Uribe Vélez Alias “Culi bajito” o “Alias Matarife”,Responsable de 6402 asesinatos en lo que fue los salsos Positivos,  líder del Centro Democrático y figura influyente de la derecha colombiana, ha lanzado fuertes declaraciones acusando al gobierno de Gustavo Petro de “deslizarse hacia una dictadura”. La afirmación ha generado opiniones divididas, debates encendidos en medios y redes sociales, y ha reavivado los fuegos de una polarización que el país no ha logrado apagar.

Pero ¿qué hay detrás de estas palabras? ¿Es realmente una dictadura lo que vive Colombia? ¿O estamos ante una estrategia narrativa de oposición?


 Un contexto de tensión: Uribe vs. Petro, un duelo de visiones

 Herencia ideológica y confrontación histórica

Desde el ascenso de Gustavo Petro a la presidencia, muchos sectores de derecha han visto con recelo sus propuestas de cambio estructural. Petro, antiguo líder del M19 y figura de izquierda, ha impulsado reformas profundas en salud, pensiones, educación y transición energética. Su discurso está cargado de un anhelo por la justicia social, la inclusión y la superación del modelo neoliberal que, según él, ha perpetuado la desigualdad en Colombia.

Uribe, por su parte, representa el ala conservadora y tradicional del poder político colombiano. Su legado incluye una política de seguridad democrática que, aunque reconocida por enfrentar a grupos armados ilegales, también está manchada por escándalos como el de los “falsos positivos”, donde más de 6.400 jóvenes fueron asesinados y presentados como guerrilleros muertos en combate.


 ¿Una dictadura en marcha? Evaluando los hechos

Una dictadura, en términos políticos, implica la concentración absoluta del poder, el cierre de medios independientes, la eliminación del pluralismo y la persecución de la oposición. En Colombia, a pesar de las críticas, siguen existiendo elecciones libres, prensa diversa, protestas públicas y una fuerte independencia judicial. El Congreso sigue teniendo el poder de frenar o modificar las reformas del Ejecutivo, y el presidente Petro ha enfrentado obstáculos considerables para avanzar con sus iniciativas.

La acusación de Uribe, por tanto, parece más una lectura ideológica que un análisis objetivo de la situación institucional.


 El doble filo de la narrativa del miedo

Estrategia o preocupación legítima

El uso de términos como “dictadura” tiene un enorme peso en el discurso político. No es una crítica menor, es una acusación que sugiere un peligro grave para la democracia. Por eso, debe sustentarse con evidencia sólida. En el caso de Uribe, sus declaraciones se basan más en interpretaciones subjetivas que en datos concretos.

Este tipo de discursos suele tener un objetivo claro: movilizar emocionalmente a una base política, deslegitimar al adversario y sembrar dudas en la opinión pública. No es la primera vez que el uribismo utiliza la estrategia del miedo para consolidar apoyos. Sin embargo, en un país tan golpeado por la violencia política y la desinformación, jugar con ese lenguaje puede tener consecuencias graves.


 ¿Qué opina la ciudadanía?

Las redes sociales reflejan una mezcla de rechazo, apoyo y cansancio. Mientras sectores de derecha aplauden las palabras de Uribe, muchos ciudadanos recuerdan las prácticas autoritarias de su propio gobierno: interceptaciones ilegales, persecución de opositores y escándalos judiciales aún sin resolver. Irónicamente, quienes hoy hablan de dictadura fueron acusados en su momento de coartar libertades.


 El gobierno Petro responde con hechos

 Reformas sociales y transparencia institucional

A pesar de los constantes ataques, el gobierno Petro ha mantenido sus líneas de acción claras: avanzar en reformas que garanticen derechos fundamentales, aumentar la inversión social y proteger el medio ambiente. El presidente ha sido enfático en su respeto por la democracia, incluso cuando el Congreso le ha cerrado la puerta a varias de sus reformas. No ha cerrado medios, no ha perseguido a opositores y ha mantenido la separación de poderes.

De hecho, ha promovido mesas de diálogo, debates abiertos y presencia ciudadana en la toma de decisiones. Eso no significa que su gestión no tenga errores o desafíos —como el incremento de la inseguridad en algunos territorios— pero eso es muy distinto a una dictadura.


 ¿Por qué estas declaraciones ahora?

Muchos analistas coinciden en que los señalamientos de Uribe no son fortuitos. Coinciden con un momento en que el gobierno Petro ha ganado aprobación en varios sectores, especialmente tras demostrar avances en inversión social, acceso a educación, reducción del hambre y programas de transición energética. El propio diario La República, tradicionalmente crítico del gobierno, publicó un artículo en el que reconoce avances significativos en la gestión económica, lo que representa un giro inesperado en el panorama mediático.

Uribe parece reaccionar con alarma ante el fortalecimiento de un gobierno que ya no puede ser catalogado como “improvisado” o “desastroso”. La ciudadanía empieza a ver resultados, y eso debilita el discurso del miedo.

Uribe Esta criminal confeso y probado acusa disque de una creciente dictadura cuando el dictador nato es el y sus actos criminales, Petro Nuestro Santo Salvador imagen Cortesia
Uribe Esta criminal confeso y probado acusa disque de una creciente dictadura cuando el dictador nato es el y sus actos criminales, Petro Nuestro Santo Salvador imagen Cortesia Colprensa

El poder de las palabras en tiempos frágiles

Colombia está en un momento decisivo. La democracia se fortalece cuando hay debate, crítica y control ciudadano. Pero también se debilita cuando líderes políticos abusan de su influencia para manipular emociones con términos incendiarios. Acusar sin pruebas, sembrar temor y repetir narrativas tóxicas no es oposición responsable, es una amenaza a la convivencia.


Invitación a la reflexión nacional

No se trata de defender ciegamente a un presidente ni de atacar al expresidente Uribe por su pasado. Se trata de exigir honestidad, decencia y profundidad en el debate político. Colombia necesita líderes que hablen con la verdad, que escuchen, que propongan. No que dividan.


 ¿Dictadura o retórica desesperada?

Después de analizar los hechos, las instituciones, el funcionamiento democrático y la historia reciente, es claro que en Colombia no hay una dictadura. Lo que existe es un gobierno legítimamente elegido que enfrenta una fuerte oposición, muchas veces más enfocada en destruir que en construir.

Uribe tiene derecho a opinar, pero no a desinformar. La ciudadanía, más informada que nunca, sabrá distinguir entre crítica justa y manipulación emocional. Y cada lector, como tú, puede contribuir compartiendo este análisis para elevar el nivel del debate nacional.


¿Qué opinas sobre estas declaraciones? ¿Crees que Colombia vive una dictadura o que se trata de una estrategia política? Comparte tu opinión en los comentarios y ayúdanos a difundir este artículo en tus redes sociales. ¡La democracia se construye con diálogo y participación!


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