la mentira que se repite mil veces no se convierte en verdad
Colombia despierta una vez más con la vergonzosa sensación de que la justicia solo aplica para los pobres. Mientras cientos de líderes sociales son asesinados sin consecuencias, los grandes peces de la política nacional siguen nadando en la impunidad. En esta ocasión, el protagonista es Alias Víctor, un exparamilitar que ha vuelto al ojo del huracán tras declarar que pidió 200 millones de pesos a Diego Cadena, abogado de confianza del expresidente Álvaro Uribe Vélez, para cambiar su testimonio. ¿Y qué ha pasado desde entonces? Nada. Silencio institucional. Complicidad mediática. Y una derecha colombiana que hace malabares para justificar lo injustificable.
¿Quién es Alias Víctor y por qué su testimonio sacude los cimientos del uribismo?
Alias Víctor, cuyo verdadero nombre es Carlos Enrique Vélez, es un exparamilitar condenado por múltiples crímenes. Durante años ha sido un testigo clave en los procesos judiciales que rodean a Uribe y su círculo cercano. Pero esta vez, su declaración va más allá del escándalo: admite que solicitó dinero a Diego Cadena para favorecer al expresidente en los procesos legales que enfrenta.
No se trata de un rumor ni de un chisme de redes. Es una confesión que pone en jaque el discurso moralista de una derecha que insiste en vender a Uribe como un “héroe nacional”, cuando las pruebas apuntan a lo contrario.
Diego Cadena: el abogado que ofrecía “ayudas humanitarias” a cambio de favores judiciales
El nombre de Diego Cadena ya se ha vuelto sinónimo de manipulación judicial. Investigado por sobornar testigos, falsificar declaraciones y obstruir la justicia, este abogado es el artífice de una de las tramas más oscuras de la historia reciente de Colombia.
Según Alias Víctor, Cadena le ofreció “apoyos económicos” a cambio de retractarse en sus declaraciones contra Uribe. La cifra, nada despreciable, fue de 200 millones de pesos. ¿El objetivo? Cambiar el rumbo de un proceso que podría llevar a Uribe a enfrentar una verdadera sanción judicial. La justicia, en este país, parece tener precio… y siempre lo paga la ultraderecha.
El silencio de la Fiscalía y la complicidad de los medios tradicionales
Una vez más, la Fiscalía General de la Nación —esa misma que actúa con celeridad para perseguir a líderes sociales, jóvenes de la primera línea o periodistas incómodos— ha optado por callar. No hay apertura de investigación, no hay diligencias urgentes, no hay escándalo en los noticieros. ¿Por qué? Porque se trata de Uribe.
Los medios tradicionales, financiados por los grandes grupos económicos que también respaldan al uribismo, han tratado el tema con pinzas, escondiéndolo entre notas de farándula o fútbol. La estrategia es clara: distraer al pueblo para que no exija justicia.
H2: La doble moral de la derecha: criminalizar la protesta y premiar la corrupción
Mientras los jóvenes que salieron a marchar en el Paro Nacional enfrentan procesos judiciales por protestar, personajes como Diego Cadena siguen libres, moviendo hilos tras bambalinas para proteger al expresidente más cuestionado del país.
La derecha colombiana, esa que habla de “orden” y “legalidad”, guarda silencio ante estas revelaciones. Es la misma derecha que criminaliza la pobreza, demoniza al que piensa distinto y santifica a criminales de cuello blanco.
Alias Víctor no es un santo, pero su testimonio debe investigarse con la misma rigurosidad que se le aplica a cualquier colombiano de a pie. Pero eso no ocurrirá si seguimos permitiendo que el uribismo actúe como si estuviera por encima de la ley.
¿Qué diría la justicia si no estuviera arrodillada ante el poder político?
Imaginemos por un momento que fuera Gustavo Petro el acusado de pagar 200 millones a un testigo. Las portadas, los titulares, los debates y los escándalos mediáticos serían interminables. Pero cuando se trata de Uribe, el poder judicial colombiano prefiere voltear la cara.
Este doble rasero es una herida profunda en la democracia. Mientras no haya justicia verdadera, seguiremos siendo esclavos de un régimen mafioso que se disfraza de legalidad.
El pueblo no olvida: las redes sociales como tribunal popular
A pesar del silencio de las instituciones, las redes sociales han sido una vez más el canal por donde la verdad se filtra. Hashtags como #UribeCriminal, #CadenaCorrupto y #AliasVictor han sido tendencia en Twitter, gracias a una ciudadanía cansada de ver cómo se burlan de su inteligencia y de su dignidad.
El pueblo colombiano ya no cree en los noticieros, sino en lo que se comparte por WhatsApp, en lo que se denuncia por TikTok, en lo que se discute por Telegram. Porque si la justicia no llega desde arriba, vendrá desde abajo.
¿Y Uribe qué dice? La estrategia de victimización y persecución política
Como era de esperarse, Uribe no responde con argumentos. Responde con la vieja táctica del victimismo: dice ser víctima de una persecución política, de una conspiración de la izquierda, de enemigos infiltrados en la justicia. La misma cantaleta de siempre.
Pero cada vez menos colombianos le creen. La imagen del “gran colombiano” se desmorona, y cada escándalo —como este de los 200 millones— solo confirma lo que ya muchos sabían: detrás del carisma de Uribe hay una maquinaria de corrupción, manipulación y violencia.
¿Hasta cuándo vamos a permitir esta burla?
Este nuevo escándalo debería bastar para que se active una investigación seria contra Diego Cadena, y que se reabra el expediente contra Uribe con toda la fuerza de la ley. Pero sabemos que eso no pasará, a menos que tú, lector, tú que estás indignado, tú que estás harto, tú que no quieres más mentiras, alces tu voz.
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¿Tú qué opinas?
¿Crees que Uribe será juzgado algún día? ¿Qué opinas del testimonio de Alias Víctor? ¿Estamos frente a un nuevo montaje o a la revelación definitiva de una red de corrupción?
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